El otro día pasé muy temprano por el bar "La buena medida", que queda en Rioja y Buenos Aires, y justo entraba el mozo que solíamos llamar Charles Bronson.
El tipo está recanoso, y hacía tiempo que no lo veía. Es más, recién hará dos meses que volví a ir a ese bar después de un evento.
Verlo al mozo me trajo muchos recuerdos, sobre todo aquellos relacionados con la lectura de los poemas de "Teoría sentimental" de Mirta Rosenberg, una de las más grandes poetas contemporáneas argentina y excelente traductora.
Solíamos ir allí con ella, con Luis Peschiera (profesor y amigo de la facu que falleció hace ya unos años), con Fernando Toloza.
Qué noches aquellas de ginebra y poesía, de hablar hasta entrada la madrugada. Y estos meetings seguía ya en "Trilce", la librería que supo tener Jorge Isaías y que atendía Fernando, o en casa de Luisito. Y allí aullaba la Joplin.
Y un poco más tarde fue en la librería "El hijo pródigo" que tuvieron Armando Vites y Fernando.
Estoy hablando de un arco temporal que va desde 1988 a 1990, más o menos.
Era increible y maravilloso escucharla a Mirta leer sus poemas inéditos, seguirla en esa creación.
Por esa epoca empezaron mis esbozos de "La Duración". Un poco de nostalgia. Sólo eso.
Allí también tuvimos nuestra primera charla de más de tres horas con Irene, en la mesa que da la ventana de Buenos Aires.
Sietecase sobre la Buena.
Sobre la Buena en Dialógica.
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